Cada vez más, la importancia de los emprendedores en la sociedad crece. Ante la gran cantidad de empresas con las que convivimos diariamente, la capacidad de crear un producto o servicio nuevo y comercializarlo es cada vez más valorada en todos los aspectos, tanto desde las empresas como desde los consumidores.
Para poder llevar a cabo este proceso de manera correcta es necesario tener ciertos conocimientos y habilidades relacionadas con el mundo empresarial. No sólo se trata de ideas o de ideas o capacidades, sino que todo esto se basa en una actitud favorable. Es esta actitud y los conocimientos que conlleva aplicarla a lo que se conoce como cultura emprendedora.
¿Qué es la cultura emprendedora?
La cultura emprendedora se define como los conocimientos, habilidades y valores necesarios para poder crear, implementar y desarrollar un proyecto determinado. Es una manera de definir cómo debería ser un emprendedor ideal. En definitiva, es una manera de pensar orientada hacia la creación y comercialización de nuevos productos o servicios.
Tener cultura emprendedora significa, sí o sí, la capacidad de detectar oportunidades en el mercado y saber cómo aprovecharlas. Es, por lo tanto, una manera de pensar muy ligada a la creación y administración de empresas.
La importancia de la iniciativa
También está muy relacionada con los conceptos de iniciativa y proactividad. En otras palabras, una persona emprendedora debe tener iniciativa para llevar a cabo sus propios proyectos, no buscar depender de una persona externa. Un buen emprendedor que detecta una oportunidad de ventas la trabaja en profundidad, busca los recursos necesarios e implementa el sistema de comercialización adecuado.
Los riesgos
La cultura emprendedora también está muy relacionada con la asunción de riesgos. Cualquier iniciativa de negocio tiene una serie de riesgos asociados, lo que implica que existe la posibilidad de perder dinero. Una persona con cultura emprendedora debería saber identificar el riesgo de una iniciativa de negocio, analizar sus posibles beneficios y saber cuándo asumir riesgos y cuando no. También es muy importante conocer los mecanismos para reducir los riesgos asociados a una iniciativa, algo que únicamente es posible con una base sólida de márketing y administración de empresa. Al fin y al cabo, los riesgos siempre van relacionados con la falta de ventas, y las ventas pueden modificarse a base de acciones de marketing.
Puntos fuertes del emprendedor
Por último y posiblemente una de las características más importantes y que se considera menos relevante es la capacidad de delegar tareas. Un buen emprendedor es consciente de sus características, de sus puntos fuertes y puntos débiles. Aunque siempre es necesaria una base de administración de empresa y marketing, existen una gran cantidad de disciplinas relacionadas con el mundo de los negocios que una misma persona no puede controlar a la vez.
Por ejemplo, un emprendedor especializado en publicidad podrá detectar oportunidades de negocio y diseñar los canales de comunicación de la marca, así como la creación de piezas específicas. Pese a esto, necesitaría delegar todas las actividades relacionadas con el SEO, la contabilidad o la selección de intermediarios a personas externas. Otra de las habilidades de un emprendedor tiene que ser la de crear contactos. Una persona difícilmente llevará una empresa al éxito.
Aprender cultura emprendedora y empresarial
Nadie nace con cultura emprendedora. Es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y la práctica a base de identificar oportunidades de mercado y asumir los riesgos necesarios. Para convertirse en un buen emprendedor es necesario fallar y aprender de los fallos.
Pese a esto, existe una base teórica que cualquier emprendedor debería dominar: el marketing y la administración de empresas. Son disciplinas que están presentes en cualquier negocio que pueda crearse: toda empresa tiene que ser administrada y toda empresa necesita vender sus productos.
Aun así, como se ha mencionado, la capacidad de delegar es imprescindible para cualquier emprendedor. Necesita saber cuales son sus habilidades y a quién puede acudir para solucionar sus carencias. Siempre es posible contar con la ayuda de un profesional de marketing después de haber detectado una oportunidad de mercado.
A pesar de esto e incluso en estos casos, una base sólida de marketing y ADE es imprescindible para cualquier emprendedor. Aunque un experto en marketing gestione tus ventas, debes comprender qué es lo que está haciendo y cuáles son sus objetivos. Es por esto que, para ser un buen emprendedor, es necesario estudiar antes.
Epitech
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