Ser emprendedor no es un trabajo cualquiera, muchos dirían que es un modo de vida. Cuando una persona decide emprender un negocio está asumiendo los riesgos asociados con su idea, está invirtiendo su capital o el de otras personas que confían en su juicio. Es un trabajo que no puede llevarse a cabo sin unos conocimientos y habilidades determinadas. Las habilidades de una emprendedor, generalmente, están relacionados con el mercado en el que trabaja. Si decides iniciar una zapatería deberás aprender todo lo posible sobre el mercado de los zapatos, pero también sobre el sector textil y los hábitos de tu segmento de mercado.
En definitiva, el tipo de conocimiento necesario varía mucho entre un negocio y otro, pero las habilidades de un emprendedor tienden a ser las mismas.
En este artículo te exponemos cuáles son las habilidades que debería desarrollar un emprendedor y algunos consejos sobre cómo trabajarlas.
Principales habilidades de un emprendedor
1: Proactividad
Ser proactivo significa no esperar a que las cosas sucedan, sino anticiparse a ellas y actuar con iniciativa. Un emprendedor debe ser una persona proactiva sí o sí. Ningún negocio exitoso surge después de que se presente una oportunidad. Para emprender un negocio rentable es importante detectar las variaciones del mercado y, ante una tendencia clara, asumir los riesgos y aprovechar la oportunidad.
Esta proactividad también está relacionada con el concepto de liderazgo, otra de las habilidades de un emprendedor. Un buen líder debe tener confianza en sus decisiones y actuar rápido cuando detecta una oportunidad, sin dudar.
Uno de los mecanismos para desarrollar la proactividad es precisamente asumir el liderazgo en actividades cotidianas como podría ser organizar una cena con amigos. Escucha lo que quieren los demás y, en base a esto, confía en tu capacidad para satisfacer sus necesidades y actúa en consecuencia. Las decisiones de este tipo no tienden a salir mal, por lo que verás que tomar decisiones no es tan negativo como pensabas y empezarás a confiar más en tu juicio.
2: Liderazgo
Aunque liderazgo y proactividad tienen mucho en común, al fin y al cabo son habilidades diferenciadas. Una implica actuar de manera anticipada a los eventos y hacerlo con confianza, la otra hace referencia a la capacidad de una persona para unificar un grupo en un objetivo común, ganarse su confianza y tomar decisiones.
Existen diferentes perfiles de líder donde cada uno se adapta a su contexto. Aun así, en el caso de un emprendedor, el estilo más habitual es el de líder democrático. Este tipo de líder busca fomentar la participación de sus empleados en la toma de decisiones, busca ganarse su confianza involucrándoles en el proceso y construir un ambiente de trabajo agradable. Esto se debe a que un emprendedor tiende a beneficiarse mucho del feedback que recibe para la toma de decisiones. Al fin y al cabo, está haciendo algo que nadie ha hecho antes. Aun así, también es posible que un emprendedor sea un experto en su sector y quiera basarse sólo en su criterio. Estas particularidades dependen de muchas variables como el sector, el grado de conocimiento del emprendedor y sus recursos.
Si buscas emprender un negocio deberías plantearte qué tipo de empresa quieres crear y, en base a esto, determinar el estilo de liderazgo más adecuado. Por otro lado, puedes trabajar tu capacidad de liderazgo del mismo modo que la proactividad, asumiendo el rol de líder en actividades cotidianas.
3: Relaciones sociales
Una de las tareas de un emprendedor es la de relacionarse con los diferentes stakeholders de su compañía. Deberá contactar con inversores, empleados, clientes, proveedores… En definitiva, debe tener la capacidad de hablar en público, ser convincente y, a la vez, formar relaciones duraderas. Muchas de las ventajas competitivas de distintas empresas surgen a causa de una buena relación entre la compañía y sus proveedores, clientes o inversores. En el caso de una nueva empresa, la responsabilidad de lograr dichas ventajas es del emprendedor. Es por eso que debe saber ser agradable y simpático sin prescindir de una buena capacidad de persuasión.
La capacidad de establecer relaciones se desarrolla con el tiempo. El único consejo que podríamos dar es que analices a la persona a la que te diriges, comprendas lo que espera de tí y actúes en consecuencia pero sin pretender ser alguien que no eres. Algunos stakeholders buscarán cercanía, algunos profesionalidad, algunos de ellos nunca llegarás a conocerlos. Determina qué esperan de ti y ofrécelo. Por otro lado, existen numerosos cursos y libros con los que aprender dialéctica y a convencer a los demás. Una buena recomendación sería “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” de Dale Carnegie.
4: Capacidad de adaptación
El entorno empresarial cambia constantemente, y este cambio se acentúa aún más en el caso de las pequeñas empresas. El entorno de una pequeña empresa es incierto por una gran cantidad de razones relacionadas con las debilidades del negocio: poca capacidad de retención de clientes, poco compromiso por parte de intermediarios, baja inversión… Mientras que una gran empresa tiene una posición asentada que reduce su incertidumbre, una PYME tiene un gran número de factores que deberá vigilar. Es por eso que un emprendedor deberá tener la capacidad de adaptarse a cualquier cambio del entorno y saber cómo responder a ellos. Esto también significa desarrollar la capacidad de gestión de crisis.
Un emprendedor deberá estar preparado para responder ante cualquier imprevisto, y la manera más sencilla de conseguirlo es “predecir lo impredecible”. Esto se traduce en determinar los peores escenarios de cualquier aspecto relacionado con la empresa y elaborar un plan de acción de manera anticipada. En otras palabras, determina todo lo que puede ir mal y piensa en qué debería hacerse si esto sucediera. Podemos garantizar que, si se hace correctamente, tendrás la oportunidad de aplicar alguno de los distintos planes. Aun así, cualquier crisis tiene elementos que son imposibles de predecir, aspectos que se salen del plan de crisis diseñado. Ante estos lo más importante es actuar al momento que se detectan, reunir todo el personal que puede aportar ideas relevantes y plantear una estrategia efectiva en el menor tiempo posible. Es algo difícil de aprender a hacer y que genera mucho estrés pero, a la vez, es lo que hace que una empresa pueda seguir adelante. Todas las empresas tienen crisis graves, y sólo las que consiguen solucionarlas efectivamente tienen el potencial para liderar un mercado.
5: Ambición y disciplina
Aunque son dos conceptos muy diferenciados el uno del otro, creemos que es importante hablar de ellos en conjunto. Un emprendedor es, por definición, una persona ambiciosa. Nadie inicia un negocio sin querer conseguir más dinero, reputación o, simplemente, querer llevar a su empresa a la cima del mercado. Es imprescindible que un emprendedor tenga unos objetivos definidos y que estos sean difíciles de conseguir pero con recompensa, lo que en inglés se conoce como “high risk high reward”.
Dicho esto, no es suficiente con querer conseguir algo para que se materialice. Es imprescindible trabajar intensamente por el objetivo en cuestión, y más cuando se trata de un objetivo verdaderamente ambicioso. Es importante trabajar diariamente para este objetivo, con disciplina, lo que también implica determinar un plan de acción y seguirlo al pie de la letra (excepto en casos de crisis obviamente). Aun así, también es importante trasladar esta motivación a los empleados de la empresa, algo que se consigue con el estilo de liderazgo adecuado. Si consigues transmitir a tus empleados la misma ambición que tienes tú conseguirás motivarlos y, en consecuencia, incrementar su productividad. Es importante tener objetivos propios, pero es más importante que las personas que te ayudarán a conseguirlos crean también en ellos.
Epitech y las habilidades de un emprendedor
Desarrollar todas las habilidades de un emprendedor no es una tarea fácil. Aunque cualquier persona puede emprender un negocio, para maximizar sus posibilidades de éxito es importante tener cierto grado de formación previa. Si cualquier persona puede ser emprendedor es porque estas habilidades se desarrollan con el tiempo, y los profesionales de nuestro Grado+Máster en Digital Management son expertos en conseguirlo. También proporcionarán conocimientos profundos sobre la administración de empresa, una de esas ramas de conocimiento imprescindibles para un emprendedor y que sólo puede desarrollarse en base a unos extensos estudios. Si tienes una idea para emprender un negocio pero aún no te sientes preparado, en Epitech podemos ayudarte. ¡Infórmate!