Ya hemos oído hablar sobre la brecha digital. El acceso a la tecnología avanza a un ritmo imparable en todos los países del mundo. Aún así, como es de esperar, este avance se lleva a cabo a ritmos desiguales. Así como en países del primer mundo prácticamente toda la sociedad tiene acceso a la tecnología, esta cifra es mucho más reducida en países en vías de desarrollo. Por ejemplo, según datos extraídos del portal Internet World Stats, en África solo el 39,3% de sus habitantes están conectados, frente al 87% de los europeos y el 94,6% de los norteamericanos.
Esta diferencia de acceso tecnológico entre colectivos es lo que se conoce como brecha digital. ¡Te contamos todo lo que necesitas saber!
¿Qué es la brecha digital?
Como hemos avanzado, el concepto de brecha digital hace referencia a la diferencia de acceso a las nuevas tecnologías por parte de diferentes colectivos. Estos colectivos no sólo se refieren a diferentes países: también existe brecha digital entre las clases sociales de un país, entre grupos de edad, entre géneros, etc.
A causa del avance de la sociedad de la información, esta brecha se está reduciendo cada vez más. El avance tecnológico se lleva a cabo de manera más intensa en los países subdesarrollados al existir un mayor margen de mejora.
En un primer momento, la brecha digital se atribuyó al subdesarrollo y se percibió como algo transitorio que desaparecería con la popularidad de la tecnología. Sin embargo, a pesar de la comercialización masiva de dispositivos con acceso a la red, esta fractura persiste. Las causas pueden ser diversas, desde el precio de los dispositivos a la falta de conocimientos sobre cómo usarlos o por el déficit de infraestructuras para acceder a ellos o a Internet. Por lo tanto, existen varios tipos de brecha digital que repasamos a continuación.
Tipos de brecha digital
Es en este punto cuando hay que mencionar las tres principales brechas digitales que existen.
Esta primera brecha hace referencia al acceso a las nuevas tecnologías por parte de un colectivo. Si, dentro de un colectivo, un 80% de sus miembros tiene acceso a Internet y, dentro de otro, únicamente un 50% tiene esta capacidad, la brecha de acceso es vigente entre ambos grupos. Esta es la brecha que se está reduciendo de manera más notable.
La brecha de acceso se está solucionando rápidamente a causa del avance de la sociedad de la información. Muchos países subdesarrollados ya tienen un acceso generalizado a Internet. Aun así, debido al poco tiempo que llevan utilizándolo, muchas personas no saben cómo usar un ordenador. Esto se debe, en gran medida, a una calidad educativa baja y una brecha de acceso que dificulta que la educación tecnológica pueda ser de calidad.
En ciertas ocasiones, un colectivo tiene tanto acceso a las nuevas tecnologías como conocimientos para usarlas, pero no saben cómo sacarles el mayor partido posible. Por ejemplo, una persona puede tener un teléfono y saber cómo usarlo, pero si no conoce WhatsApp no podrá aprovechar todo su potencial.
Es por esto que, cuando hablamos de reducir la brecha digital, es tan importante el hecho de permitir el acceso a nuevas tecnologías como de formar a la población para que puedan utilizarlas correctamente. Anteriormente hemos mencionado, muy por encima, algunas de las causas de esta brecha tecnológica. Ahora, mencionaremos las consecuencias de esta.
La brecha generacional en el ámbito digital se refiere a la disparidad en el acceso, uso y comprensión de las tecnologías de la información y comunicación entre las distintas generaciones.
Los jóvenes, nacidos en la era digital, se mueven con soltura en el entorno tecnológico, aprovechando intuitivamente las nuevas herramientas para comunicarse, aprender y entretenerse.
Por otro lado, las generaciones mayores enfrentan desafíos significativos para adaptarse a estos cambios rápidos, lo que limita su participación en la sociedad digital.
Esta brecha no solo afecta la capacidad de los mayores para acceder a servicios y oportunidades en línea, sino que también incide en su integración social y económica.
La brecha digital de género describe las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a acceso, uso y aprovechamiento de las tecnologías digitales.
A pesar de los avances hacia la igualdad, las mujeres y las niñas suelen tener menos oportunidades para acceder a la tecnología, enfrentan barreras culturales y socioeconómicas más significativas, y están menos representadas en campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), lo que limita su participación en la economía digital.
Diferencias entre lo rural y lo urbano
La brecha digital entre entornos rurales y urbanos es uno de los ejemplos más palpables de esta disparidad. En las ciudades, la densidad de población y la concentración de recursos facilitan una mayor y mejor infraestructura de conectividad, así como un acceso más amplio a dispositivos tecnológicos.
Por el contrario, las zonas rurales enfrentan obstáculos significativos: desde la escasez de infraestructuras de telecomunicaciones hasta una menor oferta educativa en competencias digitales.
Esta división no solo afecta el acceso a la información y servicios en línea, sino que también repercute en oportunidades económicas, educativas y sociales, perpetuando ciclos de desigualdad entre el campo y la ciudad.
Consecuencias de la brecha tecnológica
La brecha digital es un sinónimo de desigualdad entre colectivos. Cuando más avanza la sociedad de la información, mayores son las consecuencias de la brecha digital, aunque cada vez más es más reducida. Aún así, esta brecha digital tiene un conjunto de consecuencias para sus colectivos que empeoran su situación social y perjudican su igualdad de oportunidades:
El proceso formativo de una persona se lleva a cabo, cada vez más, de manera autónoma. Aunque las escuelas siguen siendo un pilar central, cada vez es más beneficioso estudiar, también, de manera independiente.
La mejor manera de hacerlo es a través de Internet. Es por esto que, en este caso, la brecha de calidad de uso es importante: no sólo hay que poder acceder a Internet, sino que hay que saber cómo usarlo para obtener nuevos conocimientos.
En gran parte, estas desigualdades están causadas por esta diferencia de acceso a la educación. En la gran mayoría de trabajos es importante tener una base de conocimientos informáticos. Los trabajos que no los demandan tienden a estar peor pagados, y son precisamente a los que optan las personas que sufren analfabetismo digital. Esta brecha afecta más a las personas con bajos ingresos, lo que empeora sus posibilidades de mejorarlos. En definitiva, la brecha digital perpetúa las desigualdades entre colectivos.
Las nuevas tecnologías no sólo sirven para aprender o conseguir trabajo. También son, cada vez más, un importante canal de comunicación. El hecho de no tener acceso a las nuevas tecnologías imposibilita el hecho de comunicarte con personas que no se encuentren en tu entorno, un dato que es especialmente relevante en el caso de inmigrantes. Cuando una persona abandona su país necesita, sí o sí, acceso a un teléfono para poder hablar con su familia, algo que no siempre es posible. En ese sentido, la brecha digital no sólo potencia las desigualdades sociales, sino que también dificulta la capacidad de sociabilización de quien la sufre.
Cómo reducir la brecha digital
No existe una fórmula única con la que reducir la brecha digital. Para conseguirlo, es necesaria la colaboración y la aplicación de diferentes medidas desde distintos sectores.
- Inversión en infraestructuras. Si no existen infraestructuras digitales, es imposible construir competencias digitales de verdad. Muchos países no tienen acceso a la red, y en otros casos, el acceso es muy limitado. De hecho, construir infraestructuras de calidad es uno de los objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por la ONU. De esta forma, se conseguiría que muchas más personas tuvieran acceso a Internet y, por lo tanto, esta brecha se reduciría.
- Educación digital. La formación en competencias digitales es una forma de reducir la brecha digital. Desarrollar programas formativos para personas sin recursos, enseñar lo básico a personas mayores y a otros sectores que no han nacido ni crecido con un dispositivo a mano, puede ayudar a reducir esta brecha.
- Favorecer el acceso a la tecnología. Hay varios proyectos impulsados por organismos públicos y privados para facilitar el acceso a la tecnología, como acceso gratuito a Internet, el aumento de la velocidad de conexión, entre otros.
Beneficios de acabar con la brecha digital
Cerrar la brecha digital conlleva beneficios que trascienden el mero acceso a la tecnología, impactando positivamente en el desarrollo social y económico.
Una sociedad digitalmente inclusiva fomenta la igualdad de oportunidades, permitiendo que todos los sectores accedan a la educación, la salud y los servicios financieros en línea. Mejora la empleabilidad, al equipar a la población con las competencias digitales demandadas en el mercado laboral.
Además, potencia la participación ciudadana y la democracia, al facilitar el acceso a la información y los canales de comunicación. En resumen, acabar con esta brecha es un paso esencial hacia el desarrollo sostenible y la equidad social.
Epitech
Contar con personal cualificado es fundamental para reducir la brecha digital. Es necesario contar con profesionales que sean capaces de gestionar los nuevos desarrollos en tecnología y que compartan el conocimiento con otras personas. La tecnología avanza a alta velocidad y esto exige a personas que dominen el entorno y sepan gestionarlo de forma óptima.
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